Manufactura de cigarro

La fabricación de cigarro es una operación que se divide en dos grandes procesos: Primario y Secundario.

Proceso primario

Durante el Proceso Primario se realiza la mezcla de diferentes tipos de tabaco, buscando una mezcla final que define el sabor y aroma de cada una de nuestras marcas.

Al inicio del Proceso Primario se realiza la alimentación de tabaco. En esta etapa el tabaco es acondicionado mediante un incremento de humedad y temperatura con el fin de hacerlo óptimo para el resto del proceso.

Posteriormente, se le agregan ingredientes de origen natural. Cabe señalar que algunos de los tabacos pasan por un sistema de tostado que realza sus características de sabor y aroma. Así mismo, existen algunos otros que no incluyen ningún tipo de ingrediente, a excepción de agua.

La mezcla se realiza mediante equipos dosificadores de alta tecnología, logrando la homogeneidad de sus componentes. El siguiente paso es el picado, tras el cual, el tabaco adquiere el tamaño requerido para la elaboración de cigarros.

Una vez picado, el tabaco es cuidadosamente secado en equipos automatizados, a una humedad que garantice su estabilidad, frescura y conservación, para finalmente recibir la aplicación de esencias.

El proceso es monitoreado completamente, garantizando el cumplimiento de estrictas especificaciones de calidad internacional.

El tabaco se deja reposar en un almacén acondicionado a temperatura y humedad controladas antes de entrar al Proceso Secundario.

Proceso secundario

El tabaco es transportado mediante un complejo sistema de órdenes de producción que garantiza el envío del tabaco adecuado a la máquina correcta (según la marca que cada máquina elabora).

Las máquinas manufactureras de cigarros tienen capacidad de hacer hasta 10,000 cigarros por minuto.

El tabaco es envuelto por un papel especial, formando una varilla continua de cigarro y cortado al tamaño exacto de acuerdo a las dimensiones del producto en elaboración.

Una máquina adjunta, que corre a la misma velocidad, se encarga de ensamblar el filtro (a las marcas que lo requieren) y ejecuta una serie de pruebas a cada cigarro.

El filtro se elabora dentro de la planta utilizando fibra de acetato de celulosa y papel en un proceso muy similar al del cigarro. Cada filtro contiene una cantidad precisa de material que asegura su funcionamiento como elemento filtrante y que participa activamente en la experiencia de fumado característica de cada marca.

Una vez que se ha armado el cigarro, éste pasa a la máquina empacadora la cual lo agrupa en conjuntos (generalmente de 20 cigarros) para envolverlos, integrar las cajetillas de cigarros, paquetes e introducidos en cajas de cartón que posteriormente se envían al almacén de producto terminado, donde están listos para ser distribuidos.

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